Qué es el dolor de garganta
El dolor de garganta se refiere a la inflamación de la faringe. Es una enfermedad común en invierno y durante los cambios de estaciones, cuando los cambios de temperatura son más frecuentes, pero también puede aparecer en los meses de verano debido al uso del aire acondicionado y a las diferencias climáticas entre los espacios interiores y exteriores. Suele ser causado por infecciones leves, pero resulta especialmente molesto si los síntomas se prolongan durante varios días.
Además de una garganta irritada y una sensación de dolor, los que sufren de faringitis también suelen experimentar dificultad para tragar y, en algunos casos, tos y flemas. Por lo general, la faringitis no es crónica, sino más bien un trastorno agudo, lo que significa que dura desde unos pocos días hasta un máximo de unas pocas semanas. Sin embargo, la dolencia también puede ser crónica, es decir, puede durar meses o incluso más.
A diferencia de la laringitis (la cual afecta la laringe), el dolor de garganta no afecta al funcionamiento de las cuerdas vocales, por lo que no provoca que la voz se torne más grave. De hecho, el dolor de garganta ni siquiera figura entre los principales síntomas de la laringitis. Esta puede deberse a problemas como las alergias o la exposición a sustancias irritantes, y suele manifestarse con fiebre, ronquera e inflamación de los ganglios linfáticos.
En algunas circunstancias, la faringitis y la faringoamigdalitis, una inflamación específica de las amígdalas y la zona circundante, pueden presentarse juntas.
Causas del dolor de garganta
En la mayoría de los casos, el dolor de garganta está causado por infecciones virales, como los virus del resfriado o la gripe, pero también puede ser provocado por irritantes como la contaminación, el humo del tabaco, el reflujo gastroesofágico o el aire acondicionado; en este último caso, la inflamación de garganta suele ser temporal.
Si hablas demasiado o en voz muy alta, también puedes experimentar dolor de garganta.
Una causa menos frecuente son las infecciones bacterianas, generalmente estreptocócicas, de las vías respiratorias que afectan a la garganta y, a veces, también a las amígdalas, pero no suelen llegar a los pulmones.
Son específicamente las faringitis de origen bacteriano las que pueden dar lugar a un dolor de garganta recurrente. Se transmiten por contagio aéreo, generalmente, o por contacto directo con objetos contaminados que luego se llevan inadvertidamente a la boca.
Síntomas relacionados con el dolor de garganta
Los síntomas característicos del dolor de garganta son
- Dolor localizado en la garganta.
- Inflamación de los ganglios linfáticos cervicales (que pueden hincharse y ser perceptibles al tacto).
- Aumento de la temperatura corporal.
- Dificultad y dolor al tragar.
- Enrojecimiento y congestión de la mucosa faríngea.
- Presencia, a veces, de amígdalas agrandadas.
- Y en algunos casos, si se trata de una infección vírica, puede ir acompañada de: congestión nasal, ronquera, dolor de oído, tos, conjuntivitis, diarrea y estomatitis aftosa.
Por lo general, el primer síntoma de inflamación en la garganta es una sensación de malestar en la garganta, que evoluciona, en pocas horas, para dar lugar a los demás síntomas descritos anteriormente.
Hay que tener en cuenta que éstas son sólo las molestias más comunes que suelen asociarse al dolor de garganta, de hecho, pueden haber muchas otras, dependiendo de la reacción del sistema inmunitario a cada agente patógeno, así como de la causa del problema en sí. Si, por ejemplo, el dolor de garganta está causado por reflujo gastroesofágico, la halitosis puede ser uno de los síntomas.
Sin embargo, el dolor de garganta no siempre se limita a causar síntomas desagradables como molestias al tragar, ardor en la garganta, pérdida de voz o interferencia con el sueño.
Cómo aliviar dolor de garganta y los síntomas del resfriado
El dolor de garganta de origen vírico se debe, en la mayoría de casos, a los virus del resfriado (rinovirus) y, va acompañado de otros síntomas típicos del síndrome catarral: ojos enrojecidos o llorosos, nariz taponada o que gotea, tos seca o húmeda y estornudos frecuentes.
Los virus del resfriado pueden transmitirse por el aire o al tocarse los ojos o las fosas nasales con las manos luego de haber tocado superficies contaminadas. Por ello, la mejor manera de evitar un resfriado y todas sus consecuencias es evitar el contacto con personas resfriadas y lavarse bien las manos.
El tratamiento consiste principalmente en descansar y tomar muchos líquidos para evitar la deshidratación.
Para tratar las molestias se pueden utilizar antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de libre venta en las farmacias españolas en formatos como comprimidos, spray o pastillas para disolver en la boca. También se pueden hacer gárgaras con agua tibia y sal, o tomar pastillas balsámicas por vía oral.
Cómo aliviar los síntomas de la gripe y dolor de garganta
La gripe y el dolor de garganta suelen ir de la mano, en cuyo caso irán acompañados de dolores de cabeza, fiebre alta, fatiga, cansancio, dolores musculares y, a veces, vómitos. La enfermedad puede luego presentar otros síntomas asociados, como dificultad para tragar e inflamación de los ganglios linfáticos, entre otros.
No existe una cura específica para el dolor de garganta de causa viral, pero para acelerar la recuperación lo mejor es descansar, seguir una dieta sana y tomar muchos líquidos. Los antiinflamatorios, como el ácido acetilsalicílico o Aspirina®, también ayudan a aliviar el dolor y la irritación de garganta de manera eficaz.
Dolor de garganta y fiebre dados por estreptococos
Los síntomas de las enfermedades relacionadas con infecciones bacterianas suelen ser más graves y pueden incluir dolor de garganta y fiebre, hinchazón y enrojecimiento de la garganta, pérdida de apetito, dolor de cabeza y producción profusa de mucosidad en la cavidad nasal.
La faringitis estreptocócica se transmite por contacto directo con una persona infectada y o por compartir objetos personales con ella. Aunque es más frecuente en niños de cinco a trece años, también puede darse en la edad adulta.
En todos los casos en que se sospeche una infección bacteriana, es aconsejable consultar al médico, que podrá evaluar el caso en función de los síntomas.
Pero ¿cuándo se debe sospechar que el dolor de garganta se debe a una causa bacteriana? En realidad, existe un método bastante sencillo para los adultos, que se basa en el cálculo de una puntuación. Teniendo en cuenta los siguientes síntomas, suma o resta un punto por cada situación:
- Fiebre superior a 38 grados: +1.
- Ausencia de tos: +1.
- Ganglios linfáticos del cuello inflamados y dolorosos al tocarlos: +1.
- Amígdalas inflamadas o en forma de placa: +1.
- Edad superior a 45 años: -1.
Si la puntuación es igual o superior a 2, es aconsejable acudir al médico. En los demás casos, lo más probable es que el dolor de garganta se deba a un virus. Si los síntomas no mejoran en unos días, si la fiebre sigue siendo alta, si aparece una erupción cutánea, o en el caso de los niños, es aconsejable buscar atención médica.
Para asegurarse de que se trata de una infección estreptocócica, basta con realizar un frotis faríngeo, el cual permite identificar los agentes patógenos responsables de la infección faríngea. Los resultados del análisis permitirán decidir si hay que tratar la dolencia con un antibiótico.
En el caso de que el estreptococo en cuestión sea el responsable de la escarlatina, el dolor de garganta también se asociaría a una erupción cutánea con picor que tiende a resolverse en 3-4 días, a veces con descamación de la piel.
Dolor de garganta por amigdalitis
A veces el dolor de garganta está causado por una amigdalitis, es decir, una inflamación de las amígdalas, que a su vez puede estar causada por una infección de origen vírico o bacteriano.
En este caso, además de irritación de la garganta, hay inflamación de las amígdalas, que pueden presentar placas blancas. Otros síntomas son:
- Mal aliento.
- Fiebre.
- Cambios en la voz debido a la inflamación.
- Agrandamiento de los ganglios linfáticos del cuello.
Si la amigdalitis está causada por una bacteria, tu médico te recetará un antibiótico. Si la infección es vírica tiene que seguir su curso antes de que se resuelva el dolor de garganta.
En ambos tipos de infección, sin embargo, puedes tomar las siguientes medidas para aliviar los síntomas:
- Descansar todo lo posible.
- Beber líquidos abundantemente.
- Comer alimentos ligeros y blandos como helados, postres semicongelados y sopas.
- Evitar los alimentos crujientes o picantes.
- Utilizar un humidificador en estancias con una humedad del aire por debajo del 60%.
Los analgésicos y antiinflamatorios como el ácido acetilsalicílico son una ayuda eficaz contra el dolor. Estos fármacos de venta libre e España, pueden administrarse siguiendo el consejo del médico y/o farmacéutico según las dosis e indicaciones presentadas en el prospecto.
Lo que hay que saber: normas de higiene
Mantener unas normas básicas de higiene, empezando por lavarse las manos con frecuencia, y reducir o incluso evitar la exposición al humo del tabaco y otros irritantes son algunos de los principales consejos para manejar los dolores de garganta.
Si no se dispone de agua corriente para reducir el riesgo de infección con microbios del entorno, las manos pueden limpiarse con un desinfectante como un gel antiséptico. De este modo, es posible mantener la higiene de las manos incluso cuando se está fuera de casa y reducir el riesgo de exposición a patógenos que podrían causar dolores de garganta.
Además, es importante mantener una humedad ambiental adecuada (sobre todo en casa) y, si hay que hablar mucho, es útil aprender a "gestionar" la voz con prudencia, haciendo algunas pausas y bebiendo agua a menudo durante el día, aunque no se tenga sed. Vivir en un ambiente seco puede agravar la situación, por eso es aconsejable combatir la sequedad humidificando las habitaciones. Puedes aprovechar para añadir un aceite esencial relajante de tu gusto al agua.
Las vitaminas A, C y D, en particular, ayudan al mantenimiento del sistema inmunitario. En general, La vitamina A en forma de provitamina la aportan los vegetales, sobre todo las frutas y verduras amarillas, naranjas o rojas, pero también, por ejemplo, el vinagre de manzana. En cambio, los alimentos de origen animal como leche, mantequilla, queso, huevos e hígado contienen retinol, una forma de vitamina A ya formada.
La vitamina C está presente en los cítricos y sus zumos (por ejemplo, el zumo de limón), pero también en los kiwis, los tomates y los pimientos.
También pueden utilizarse enjuagues bucales para hacer gárgaras, al igual que productos naturales a base de eucalipto, regaliz y canela. La miel también puede tomarse sola con una cucharadita, disuelta en líquidos o en bebidas como infusiones o leche, o en forma de caramelos. Estos remedios suelen proporcionar alivio.
Si la garganta duele, es útil intervenir con analgésicos como el AAS. Se trata de medicamentos sin receta de libre venta en las farmacias españolas, adecuados para ayudar a combatir los síntomas gripales y catarrales causados por los virus típicos de los periodos invernales.
Si los síntomas se prolongan, es aconsejable consultar a un médico.
Otras causas del dolor de garganta
Una garganta enrojecida y especialmente dolorida también puede estar causada por ciertos malos hábitos de vida, en particular el tabaquismo. El humo del cigarrillo puede corroer fácilmente el revestimiento mucoso de la faringe y la laringe, provocando irritación, enrojecimiento y dolor.
Además, el reflujo gastroesofágico puede a su vez irritar y causar dolor en la garganta. En este caso, la solución puede estar tanto en un tratamiento médico específico como en un cambio en tus hábitos, especialmente en la dieta.